Hace tiempo que José Luis me está solicitando que le pase algunos escritos que hizo mi padre. Uno de ellos fué el que hizo cuando mi hermano Pepito se fue a las Américas.
Las historias se repiten y hoy he sido yo al que me ha tocado despedirme de mi hija camino de Helsinki. Es evidente que los medios de comunicación que hoy tenemos nos permiten estar casi en permanente contacto; no obstante el beso y el abrazo aun no han sido sustituidos por estos medios tecnológicos
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DESPEDIDA A PEPITO CAMINO DE LAS AMERICAS
El natural sentimiento experimentado al conocer la salida del hijo mayor, Pepito, para Norteamérica, quise dejarlo escrito reflejando el día de la despedida, en el anden de la estación de Madrid P. Pío de la siguiente forma
Yo no olvido la noche del día cinco
del mes de noviembre del sesenta y tres
yo no olvido la noche en el que un abrazo
Fuerte y largo te daba en el exprés ….!
Cuando mi pecho al tuyo se apretaba
Y tus brazos con los míos los cuerpos oprimían
Cuando mis labios posaban en tu cara
Y los tuyos –anhelantes- rozaban con la mía..
Yo recuerdo del entonces muchas cosas
Yo no olvido jamás lo que sentía
Yo recuerdo que mis ojos apuntaban
Los caudales que por dentro discurrían …!!
El exprés con su marcha nos separa
Y tu silueta a lo lejos se escondía
Y mi rostro entre las manos se ocultaba
No queriendo demostrar lo que sentía.
Mucho tiempo –así oculto- fui pensando,
Sin que la marcha del tren me distrajera
Sin que el público presente me quitara
De seguir cavilando a mi manera.
Meditando seguí y solo Dios sabe
Lo que pudo agolparse en mi cabeza … ¡
Yo no olovido, yo recuerdo y sigo hablando,
Sigo hablando yo solo a mi manera … ¡
Ni el tiempo que transcurre me distrae
Ni me alivia la distancia que te aleja.
Cada astilla que del tronco se seàra
Deja herido el corazón donde saliera …
Y esto hace que yo solo siga hablando
Y preguntándome vaya por doquiera
Si la astilla que del tronco me ha saltado
Podré verla tornar donde partiera… ¡
Y por eso yo solo sigo hablando
Y seguiré hablando yo solo a mi manera.
Noviembre 1963
Los tiempos fueron pasando y ya no hacía falta irse a Madrid para coger el avión.
Y yo diría que el abuelo ya se lo estaba dedicando hace algunos años:
!!QUE SEAIS FELICES Y OS VAYA BONITO ¡¡
Muy emotivo el paralelismo. Veo a Alicia triste y con los ojos entornados hacia la derecha, como dejándose arrastrar con nostalgia por el adiós. Seguro que regresarán con la mochila llena de horizontes prometedores.
ResponderEliminarUn poema precioso, creo que nunca lo había leído. Como ha dicho mi querido padre (que pelotilla que soy) la tecnología nos ayuda para conservar en el tiempo las joyas que son los recuerdos, aunque la distancia siempre es difícil y los abrazos insustituibles. Porque el cariño que sientes con los tuyos nunca son remplazados por nada. Y aunque escogí esta vida anormal (que quiere decir fuera de lo normal) no siempre es fácil. Pero como dice José Luis la mochila siempre va llena de experiencias y vivencias, que a la misma vez hace que valores más especialmente tu hogar
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